El sueño del bebé.

Lourdes Primo

03/05/2020

El sueño del bebé, desde una perspectiva evolutiva y un acompañamiento afectuoso.

Facilitar el sueño del bebé de forma afectuosa y no pegarle un mordisco mientras lo intentas y requeteintentas es algo por lo que pasamos, yo diría todos los padres, en algún momento de la crianza. Y según el caso, con más o menos frecuencia.

Incorporar una visión evolutiva del proceso del sueño es algo importante que nos ayuda a transitar este proceso desde la comprensión y la espera, hasta el día en que el niño, con un sueño más maduro, por fin duerma de forma más prolongada sin tantas interrupciones.

Quizás te hayas visto o te verás en alguna de estas situaciones:

  • Necesito invertir una media de 30-60 minutos para dormir al bebé-niño.
  • Con frecuencia recurro a la teta, el chupete, mecerle o dormirle en brazos, tumbarme con él… para conseguir dormirle.
  • Con todo y con eso, se despierta con facilidad, incluso varias veces en la noche.

Para hacer frente a este temido momento tenemos a nuestro alcance información sobre la fisiología del sueño del bebé[1], pero esto seguramente no sea suficiente. Cómo dormir a nuestro hijo en la etapa más temprana y cómo enseñarle a hacerlo él mismo a medida que va creciendo no se explica con claridad en la mayoría de textos que tratan este tema.

Primero de todo una reflexión,

Antes de enfrentarnos a este proceso podemos plantearnos alguna cuestión: ¿la expectativa de conseguir un sueño mantenido y profundo se ajusta a las necesidades del bebé o el niño? ¿En qué momento el bebé está preparado para conseguir un sueño más prolongado?, o quizás no hay expectativas previas.

Es por ello que para no desfallecer ni confiar la maduración del sueño a la suerte, os presento una visión y abordaje del hábito del sueño desde lo que dicen los expertos y la aportación de tres madres según distintas experiencias. Para lo que pueda surgir.

Empecemos por los previos al sueño, es decir aquello que sucede justo antes:

 Requisitos previos:

¿Dónde va a dormir el bebé? Esto parece evidente, pero es importante tomarse un tiempo y revisar el lugar donde el bebé va a dormir. Mantener una temperatura agradable y evitar el exceso de calor y ropa de abrigo. Tener en cuenta la luz,…

Posición del bebe en la cuna. Es importante tener en cuenta que la posición recomendada para colocar al bebé es boca arriba para evitar el S.M.S.L.

El colchón ha de ser firme, debe quedar bien encajado en la cuna, las sabanas y mantas no deben sobresalir por encima de sus hombros. No debemos dejar juguetes sueltos en la cuna. Tampoco debemos dejar la almohada, no la necesitan y puede ser motivo de asfixia.

No colocar juguetes colgados tipo móviles, que le puedan caer, durante las horas de sueño.

Verificar la altura de las barras protectoras, ajustando su altura a medida que el bebé crece y aumenta su independencia en el movimiento.

Es aconsejable que la cuna esté instalada en la habitación de los padres al menos hasta los 6 meses. Sí el bebé comparte la cama con los padres, mejor situarle junto a la madre, colocando la cama contra la pared o con algún elemento de seguridad que impida su caída. No es aconsejable colocar al bebé entre los padres.[2] [3]

Conocer la evolución y maduración del sueño es útil, ya que es importante entender que el bebe-niño consigue un sueño más continuado cuando está preparado para ello. Al hablar del sueño como algo evolutivo lo que quiere decir es que cada bebé-niño alcanzará la maduración en tiempos y formas diferentes, acompañar su maduración con rutinas facilita su evolución, pero no es garantía de alcanzarlo al mismo tiempo. Además hay que tener en cuenta las necesidades de cada caso y la influencia de las rutinas y creencias familiares que también serán diferentes.


[1] Dormir sin lágrimas. Rosa Jové. (Fases, tiempos, maduración…)

[2] https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/libro_blanco_muerte_subita_3ed_1382522930.pdf

[3] https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/baby/diapers-clothing/Paginas/swaddling-is-it-safe.aspx

Evolución de los ritmos de sueño:

Sueño intrauterino:

El bebe, ya en el último trimestre de gestación, presenta ciclos de dormir (quieto)-despierto (movimientos). De hecho, cuando están dormidos, la gran mayoría de los bebés se colocan al lado derecho del abdomen de la mamá. De esto somos muy conscientes la mayoría de las madres. Al cabo de tantas semanas compartiendo el espacio del abdomen, somos muchas las que sentimos las costillas y lumbares a la derecha sobrecargadas. Además sus ciclos de sueño no coinciden con el de la madre, en cuanto la madre se tumba a descansar es muy frecuente sentir los movimientos del bebé, que se hacen además más perceptibles.

De cero a tres meses:

El bebé RN no tiene conciencia de día y noche, y además necesita alimentarse con mucha frecuencia. Por ello alternará a lo largo de las 24h del día ciclos de comer-dormir, despertándose de forma rítmica día y noche. Es este el ritmo que necesita y es bueno para su desarrollo. Por ello en esta etapa habrá que ser paciente y no esperar que duerma toda la noche sin despertarse. En esta etapa los bebés duermen entre 16-18h a lo largo del día distribuidas en 6-7 periodos de sueño alternados con tomas a demanda.

Hagamos un inciso para explicar que una buena toma no es dar al niño la teta hasta que se queda adormilado. Porque seguramente mame diez minutos y luego duerma media hora o 45 minutos. Una buena toma puede durar hasta una hora u hora y cuarto, incluyo el tiempo que se te queda dormido y lo despiertas y el tiempo de sacar gases. Mamando es probable que esté entre veinte y cuarenta minutos, lo cual no implica que lo haga de forma continuada.

Es muy probable que haga descansos donde estará adormecido, al principio tendremos que despertar al peque de su adormilamiento.  Será difícil y nos dará mucha pena. Pero si queremos que nuestro hijo sea capaz de descansar hora y media seguida, no podemos alimentarle a chupitos. Cuando damos por finalizada la toma, es importante sacar los gases si queremos que el niño pueda dormir luego. Sí no ha eructado será más probable que se despierte, al incorporarle para calmarle entonces eructará.  

El ritmo de las tomas tenderá a organizarse en torno a una toma cada tres horas, siempre que consigamos buenas tomas completas. Recuerda, sí alimentamos al bebé a chupitos, entonces serán más frecuentes. Muchas mujeres en más de una ocasión tenemos dudas sobre sí hemos conseguido una buena toma, aquí hay dos opciones, darte tiempo a conocer al bebé y aprender con la experiencia o utilizar un sacaleches para verificar cuanto ha tomado el bebé. Puedes sacarte la leche antes de la toma y ver cuanto hay o sacar lo que queda después de la toma para verificar si el pecho se ha vaciado por completo. Esto te puede servir para darte tranquilidad y seguridad en la consecución de las tomas. Para aquellos casos donde a pesar de hacer buenas tomas, el bebé se queda con hambre, podrás saber cuanto tienes que complementar al bebe con el biberón. Y para aquellos casos donde el bebé haga tomas pequeñas, nos indica sí hay que seguir ofreciendo pecho.

Teniendo el día repartido en periodos de tres horas: hora y media de siesta y hora y media para darle el pecho o biberón, cambiar el pañal y vuelta a dormir. Esto lo haremos así los primeros  cuatro días o una semana. Después podremos espaciar más las tomas de la noche, cada cuatro horas, dejando dormir al bebe dos horas seguidas. Cuando el bebe haya recuperado el peso de nacimiento podremos espaciar cada cuatro  también las tomas diurnas. Después vendrá el momento de ir alargando progresivamente el sueño nocturno del bebe. De este modo conseguiremos eliminar las dos tomas nocturnas entre las 12 y las 20 semanas. [1] (Esto lo tengo que corroborar con el libro) El éxito de este paso está íntimamente conectado con la alimentación diurna del bebé, si un bebé no está suficientemente alimentado por el día es imposible que pueda dormir por la noche.

No todos los bebés van a conseguir dejar el pecho por la noche a las 20 semanas, recuerda que los tiempos son orientativos y dependerá de las necesidades del bebé. Sin perder de vista que cada familia establecerá también los tiempos y ritmos de los cambios.

Las necesidades básicas del bebé en esta etapa son el desarrollo neurológico, la maduración y crecimiento, y ejercitar la succión como mecanismo para su alimentación además de para estimular el mecanismo de la calma y autorregulación (vía oxitocina).

Esta etapa a pesar de tener el inconveniente de tener ciclos de sueño de 45 min con despertares en el cambio a otro ciclo, lo que se traduce en despertares nocturnos, se caracteriza también por la facilidad que tiene el bebé para entrar en la fase de sueño profundo sin mucho esfuerzo. Para ayudarles a volver a dormirse podemos intentar que se vuelvan a dormir con el siseando, tocándoles una mano, meciendo suavemente el pañal,… y si no lo consigue le cogemos.

Con todo ello, en esta etapa es deseable respetar sus tiempos de sueño a pesar de que ello no facilita la sociabilidad. Es muy probable que el bebé no esté despierto durante las visitas. Y así debe ser.

De 4 a 7 meses:

Tras el primer trimestre, el sueño se verá modificado, pasando a dormir tiempos más largos, los tiempos dormidos pasarán a ser de 4 horas y el tiempo total de horas de sueño al día será de 14-15H. Además el bebé empezará a estar tiempos más largos despierto de entre 1,5-2h despierto. Tiempo que aprovecharemos para dar la toma el biberón, cambio de pañal y el baño. Se inician los tiempos de interacción social y lúdicos en estos despertares más largos, donde además, debido a su desarrollo, el bebé presentará más interacción: seguimiento ocular, movimientos de giros laterales de la cabeza, se fija en objetos luminosos, le llaman la atención los contrastes de luz, es capaz de ver personas a corta distancia.

En esta etapa el bebé no entra directamente en fase de sueño profundo, es por ello que en las siestas es posible que se despierte y hay que volverle a dormir. El paso de sueño superficial a profundo hace que estos micro-despertares sean más frecuentes.

Aún no lo controla, y tardará en hacerlo, y por ello necesita que le volvamos a dormir. Y le acompañemos hasta conseguirlo.

Esta etapa se caracteriza también porque conseguirá dormir más tiempo seguido y se despertará menos por la noche, entre una siesta y la siguiente hará su toma o biberón y seguirá durmiendo. Aún es muy inmaduro y no dormirá toda la noche del tirón, pero será un descanso más continuado. Está empezando a adaptarse al ritmo circadiano, despierto por el día dormido por la noche, como los adultos, pero tendrá que practicar antes de afianzarlo.


[1] Guía práctica para tener bebés tranquilos y felices. Tracy Hogg y Melinda Blau.

Hacia los 6-7 meses el niño mantendrá ya un ritmo de dos siestas (mañana y tarde) y toda la noche dormido, lo cual no significa que se despierte para comer una o dos veces en toda la noche (en aquellos  casos donde se mantengan tomas de lactancia materna como comentábamos por necesidad del bebé o porque la familia no considera aun quitarlas, quizás a la madre no le molesta despertarse a dar el pecho).

En caso de lactancia artificial ya no estarán estas tomas ni en aquellas lactancias maternas donde ya se hayan retirado.

Al incorporar la alimentación complementaria se empiezan a instaurar los ritmos de comidas: 08-00 desayuno a base de leche (materna o artificial), 12:00 comida (se ofrece complementaria), 19:00 cena (se ofrece complementaria). Pudiéndose este horario retrasarse según empecemos a las 8 o las 9 con el día. O adelantar sí madrugamos a las 7. [1]

Durante el primer año, la base de su alimentación es la leche, por ello dentro de este horario se ofrece entre 6-8 meses dos comidas complementarias después de la toma, hacia los 8-9 ofrecemos tras la toma tres comidas y opcional dos tentempiés (media mañana y media tarde). Quedando las siestas a media mañana y tras la comida. Siendo estos tiempos de sueño ya más cortos de 1h-1,5h para no interferir en el sueño de la noche, que tiene que ser cada vez más continuado alcanzando las 10-12 horas. Las tomas de la noche van a desaparecer, dando paso en muchos niños a la necesidad de  una recena (biberón o leche) antes de dormir.

En esta etapa debido a la facilidad para despertarse en los cambios de fase (superficial a profundo) de los ciclos del sueño, habremos de emplearnos al fondo en la variabilidad de formas de acompañar al niño y estará bien disponer de unos kilos de paciencia. El niño pasará por más ciclos de sueño ya que sus tiempo en cada uno son más breves, al no controlar los cambios le es más fácil tener despertares. Al hacerlo el niño llorará, no por ello debemos preocuparnos porque algo pueda pasarle, quiere volverse a dormir y no sabe cómo hacerlo. Necesita que le acompañemos y se lo facilitemos.

Notas importantes a tener en cuenta:

-El ritmo circadiano (por el día despierto por la noche dormido) empieza a funcionar entre las 6-9 semanas y será maduro hacia los 9-10 meses.

En el momento en que empiezan a salirle los dientes toca vuelta a levantarse por la noche. En estos momentos puedes intentar dejar a tu hijo gestionar el solo estos despertares. Con esto quiero decir que no saltes de la cama en cuanto le oyes llorar, a no ser que sea ese lloro desgarrador que aprenderás a reconocer enseguida y entonces no puede esperar y no debe esperar.  Suelen despertarse y muy a menudo desvelarse. Si no consigue volver a dormirse él solo hay que ayudarle.

Mantener rutinas, además de dar seguridad al niño, le anticipa lo que va a pasar. De tal modo que sí el día se organiza de forma similar y todos los días y le damos un baño con su cremita, después la cena y por último toca dormir, el niño sabrá lo que viene.

Las asociaciones que anticipan el sueño son interesantes para prepararle, pero usar siempre la misma estrategia puede hacerle dependiente, y el día que no podamos por alguna razón dormirle del mismo modo, ese día puede costarle más. Es por ello que en las asociaciones podemos hacer variaciones, para que el niño pueda dormirse en diferentes condiciones.

A continuación van algunas ideas que combinándolas, te servirán para construir rutinas a medida.

– Darle el pecho o biberón antes de dormir, pero mejor no dormirle al pecho o con chupete. Es fundamental no dormirle con algo en la boca. Porque cuando tenga un despertar y en su boca no se encuentre el pezón o el chupete, es muy posible que llore porque no se encuentra en la misma situación en la que se quedó dormido y os llame.

Aunque acabo de hablar de no utilizar el chupete, algunas veces estarás tan desesperado que lo utilizarás. No pasa nada, tu solo aprenderás que después de dormirse, el chupete se le caerá y volverá a despertarse. Por lo tanto buscarás otra solución. Yo y mi marido, en los momento más difíciles, se lo dábamos, pero en cuanto cerraba los ojitos se lo quitábamos, para que cogiera el sueño profundo sin chupete. Esto servía algunas veces, no siempre.

– Utilizar un balanceo o movimiento rítmico cuando está en los brazos, esto es algo muy efectivo. Y lo podéis utilizar cuando está en brazos y también tumbado. Desde su cuna el balanceo se hace moviendo al bebé desde el tórax hacia los lados, como meciéndole.

– Tararear y susurrar, cualquier sonido. A los bebes les gusta el ritmo, por lo tanto entonaremos una melodía que se irá repitiendo.[2]

– Tocar, acariciar su espalda, piernas, nuca, su carita contra tu cara…

– Muy importante tumbarle en la cama cuando está adormilado, para que aprenda a dormir sólo. Necesita estar muy relajado para conseguirlo, le será difícil si cuando le dejamos en la cama está llorando. Aún no tiene estrategias.

– Aunque a veces nos da la vida una buena siesta, sí duerme mucho durante la mañana o la tarde le costará más por la noche. Entonces cuando duerma hasta 2h de siesta, hay que aprovechar las fases de sueño superficial para despertarle suavemente y de forma afectuosa. O ir retirando la siesta de la mañana.

– Ir a dormir a la misma hora.

Con todo ello, cariño, comprensión y tiempo el niño conseguirá dormir, tranquilo, durante tiempo suficiente y el sólo. Cada niño y cada día necesitará a unos padres afectuosos que se adapten a lo que pueda ir necesitando. Cuando te encuentres con días difíciles, que los hay, párate, respira profundo y vuélvelo a intentar. Y si no puedes y necesitas salir del cuarto y el niño se queda llorando, o cambiarte con otra persona que también puede dormir al niño hazlo. El sabrá adaptarse y desde tu afecto también lo volverá a intentar.

La fecha en la que cada niño madura en el proceso del sueño y va superando o surfeando los imprevistos como dientes, fiebre, pesadillas… es incierta. Con todas estas ideas los padres conseguimos acompañarles en su proceso y de alguna manera facilitarles la transición hacia un sueño más maduro. Y cuando esto llega, por fin y todos descansamos, de repente el bebé es un niño que ya ha crecido y todo pasó. Por esto último, puedes estar presente con él a cada momento de forma afectuosa y disfrutar de esa pequeña personita que crecerá antes de lo que nos gustaría.

Hay ocasiones donde los niños pueden tener problemas de sueño, sí no consigues progresos no dudes en contactar con un especialista del sueño.

El sueño del bebé sin lágrimas. Elizabeth Pantley.

https://g.co/kgs/brKa8J

Dormir sin lágrimas. Rosa Jové.


[1] https://socvalped.com/wp-content/uploads/2019/06/2.Recomendaciones-para-padres-SVP-2018.-Reci%C3%A9n-nacido-a-4-6-meses.-Lactancia-artificial.-VF.pdf

[2] How to put your baby to sleep. Dr. Harvey Karp. https://www.youtube.com/watch?v=6OtPSfyZXNw

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