¿CÓMO AFECTA EL CORONAVIRUS A MI EMBARAZO?
Actualmente existen pocos datos referentes a la infección por coronavirus durante el embarazo, los profesionales extrapolan los efectos de otros virus similares para el abordaje de éstas.
Por lo que sabemos hasta el momento, las mujeres embarazadas no son más susceptibles de contagiarse que cualquier otra persona, de hecho, este nuevo coronavirus parece afectar más a los hombres. Entre los síntomas y su gravedad, la mujer gestante puede ser asintomática así como presentar los otros cuadros de la enfermedad, sin ser más graves en estas mujeres que en el resto de la población.
Las recientes investigaciones recomiendan que cualquier mujer embarazada que haya viajado a un país afectado por el Covid- 19 o que haya tenido contacto con un infectado debe poner al tanto al personal sanitario de su situación, así como hacerse la prueba diagnóstica del SARS-CoV-2 (prueba de amplificación de ácido nucleico del virus). Esta prueba deberá realizarse aunque la mujer embarazada esté asintomática. Las mujeres embarazadas que estén asintomáticas deben controlarse a sí mismas en el hogar para detectar las características clínicas del Covid-19 durante al menos 14 días.
El tratamiento dirigido a la mujer embarazada infectada se basa en la optimización del estado de salud de la madre y el feto junto con un estrecho seguimiento, siendo los siguientes principios:
- Medidas de aislamiento precoz.
- Control de la infección.
- Toma de muestras para el diagnóstico del virus.
- Evitar la sobrecarga de fluidos.
- Antibioticoterápia empírica si se sospecha co-infección bacteriana
- Monitorización de la dinámica uterina y el bienestar fetal.
- Individualizar el momento más adecuado del parto.
- Oxigenoterapia o ventilación mecánica si es necesario.
A día de hoy, no hay evidencia ni ningún caso de transmisión del virus de la madre al feto a nivel intrauterino.
¿CÓMO VA A SER MI PARTO EN ESTAS CIRCUNTANCIAS?
Los profesionales sanitarios serán los que deberán elegir el momento del parto una vez se llegue a término, teniendo en cuenta la semana de gestación, las condiciones maternas, fetales y del propio parto.
En el caso de mujeres infectadas, siempre que sea posible “se debe favorecer el parto vaginal mediante la inducción, con un posible parto instrumental para evitar el agotamiento materno y complicaciones quirúrgicas innecesarias en una paciente ya enferma”, con el objetivo de evitar complicaciones que puedan llevar a una cesárea de urgencia.
En cualquier caso, se recomienda que la atención al parto se realice siempre que sea posible en una habitación con presión negativa o con un sistema de ventilación adecuado. Además, el personal en paritorio debe llevar el equipo de protección individual adecuado.
Como medidas preventivas de transmisión del virus de la madre al bebé se recomienda el corte prematuro del cordón umbilical y evitar el contacto piel con piel, así como evitar realizar lactancia materna hasta que se dispongan de suficientes datos acerca de su seguridad.
¿Y EL POSTPARTO?
Los recién nacidos de madres infectadas con Covid-19, explica el informe, deben aislarse durante al menos 14 días o hasta que desaparezca el virus. Durante este tiempo los expertos no recomiendan la lactancia materna directa.
La infección perinatal por SARS-CoV-2 puede tener efectos adversos sobre los recién nacidos, como pérdida del bienestar fetal, parto prematuro, distrés respiratorio, trombocitopenia acompañado de alteración de la función hepática e incluso muerte.
LACTANCIA Y COVID-19
En mujeres sanas, se recomienda tener una buena higiene de manos durante las tomas, así como del material utilizado. En caso de extracción de leche, es recomendable una previa limpieza de las manos, con un extractor de leche adecuado y bien desinfectado.
En mujeres con coronavirus, o aquellas que presentan síntomas se recomienda:
- Previa desinfección de manos antes de cada toma, y uso de mascarilla facial.
- Extracción de la leche para reducir el contacto con el bebé y el riesgo de contagio.
De cualquier manera, no existen datos suficientes para descartar la transmisión vertical de COVID-19, por lo que la lactancia no está recomendada hasta que la madre sea negativa para la infección. La decisión final sobre el tipo de alimentación del recién nacido será consensuada entre la paciente y el equipo sanitario.